Cristianismo y el Aborto
¿Por qué debe importarnos a los cristianos?
Por que es un mandato bíblico
Si leemos la Biblia desde el inicio hasta el final no encontraremos la palabra “aborto”. Esto no quiere decir que no debemos tocar este tema; debemos hacerlo por la misma razón de que no lo discute.
Para quienes creen en la Biblia, y quienes hacemos lo mejor para vivir de acuerdo a sus enseñanzas, la pregunta no es si el aborto es correcto o equivocado, pero qué es lo que Dios espera que hagamos acerca de ello. Como hemos revisado, el aborto es un acto deliberado de ejecución a un ser humano vivo, que está en desarrollo, y que es una creación de Dios. La Biblia condena expresamente el derramamiento de sangre inocente, reconocer esta injusticia es relativamente fácil, el determinar cuál es nuestra respuesta ante esta injusticia es lo difícil. Por un lado sabemos que en nuestro país se hacen muchísimos abortos, a pesar de que se considera ilegal, pero también reconocemos que es una consecuencia de una sociedad sin Dios y sin principios. Alguien dirá que oponerse al aborto desviaría la función de la iglesia (¡¿?!) y otros que ésta es la función de la iglesia. ¿Qué haría una persona que está centrada en la Palabra?
Este artículo fue escrito por David Pratte y tomado de la página Web de The Gospel Way
Hemos establecido por medio de las escrituras que el aún no nacido vive en el vientre de la madre y es un individuo humano desde la concepción. Y en vista de que estamos interesados únicamente con el caso en que está vivo, podemos referirnos propiamente a este como ser humano o persona y no vacilaremos en hacerlo así desde aquí. Las preguntas a ser consideradas son: ¿Qué trato debemos dar a esta vida que aún no ha nacido, y podríamos matarla deliberadamente? Ciertamente debemos ser guiados exactamente por las mismas reglas o principios que deberíamos seguir en nuestro trato de algún otro “niño” o “bebé”. ¿Cuáles son estas reglas?
Mayordomía – Debemos Amar, Preparar, y Proteger al Niño
En Mateo 5:21-22, Jesús no solo condena el asesinato, también condena la actitud fundamental que lleva a la gente a cometer el homicidio – una actitud de odio o falta de respeto por la dignidad y benemérito por todo ser humano. Esta misma actitud pecaminosa es la que lleva a la gente a cometer o a condonar (perdonar) el aborto. La gente que así hace no aprecia el valor y el precio del ser humano que aún no ha nacido. Hablan de “hijos no deseados”, y argumentan que si la madre no “desea” tener el hijo, puede matarlo antes de que nazca. Sin aun referirnos a los pasajes que mencionan específicamente la muerte o el asesinato, podemos mostrar que la Biblia condena el aborto puesto que condena la actitud que lleva a eso.
Debemos apreciar a nuestros hijos - Salmo 127: 3-5; 128: 3-5; 113: 9. Estos versículos enseñan que los hijos son una bendición – una fuente para la felicidad y gozo de sus padres. (“Hijos” aquí es la palabra Hebrea BEN, la cual es la misma palabra refiriéndose al niño aún no nacido en Génesis 25: 21-22). Los bebés que aún no han nacido son hijos, y los padres deben apreciar a los hijos como una bendición de Dios. Cuando tenemos la actitud Bíblica sobre este punto, nunca mataremos a nuestros bebés que aún no han nacido porque nunca querremos hacer esto. El aborto es la forma más vergonzosa de ingratitud para con las bendiciones de Dios.
Debemos levantar (criar) a nuestros hijos como Dios quiere que lo hagamos – Proverbios 22: 6; Efesios 6: 4. Dios nos ha convertido en administradores de los hijos con que nos ha bendecido. Un administrador es alguien que es responsable de cuidar algo que le pertenece a alguien más pero que ha sido confiado al administrador para que lo cuide y lo use para llevar a cabo el propósito de aquel a quien le pertenece. Aquel que abusa o trata mal eso que le ha sido encomendado, será condenado y castigado por el dueño o señor (Lucas 12: 42-46; Mateo 25: 14-30; 1 Corintios 4: 2). En particular, un hijo que aún no ha nacido es una bendición dada a nuestro cuidado exactamente tan cierto como lo es el niño que ha nacido. Tenemos al mismo Dios dador de la obligación hacia un hijo que aún no ha nacido así como lo hacemos hacia el que ha nacido. ¿Cuál es esa obligación? Cuidar del hijo, protegerlo, y proveer para él (Compare Mateo 7: 7-11; 1 Timoteo 5: 8; 2 Corintios 12: 14). Acerca de todo, debemos enseñar a que aprendan de Dios y crezcan en el servicio hacia El. Nótese esto: Los padres deben “instruir” a sus hijos (Proverbios 22: 6) y “criarlos” para que sirvan a Dios (Efesios 6: 4). Si los matamos, destruimos el propósito de Dios para sus vidas. ¿Cómo podemos “instruir” y “criar” a aquellos que hemos matado? Esta es la forma más vergonzosa de abusar de un hijo y la más extrema perversión de la responsabilidad paterna. Dios no faltará en adherirla a nuestra cuenta.
Debemos amar a nuestros hijos - Tito 2:4. Esto se aplica particularmente a las madres, pero recordemos que hemos aprendido que una mujer que ha concebido es madre, aún antes de que el bebé nazca. Nótese que las madres son mandadas a amar a sus hijos exactamente como son mandadas a amar a sus maridos. El amor por los demás es el segundo mandamiento más grande en la Biblia (Mateo 22: 37-39). La Biblia nos dice cómo debemos actuar si tenemos amor (1 Corintios 13: 4-7), y esta conducta definitivamente no nos permite matar a aquel a quien amamos (Romanos 13: 8-10). Si usted no quisiera que alguien más lo matara a usted, entonces usted no debería matar a un bebé que aún no ha nacido (Mateo 7: 12).
Entre los pecadores que la Biblia nombra como “dignos de muerte” están aquellos que son “sin afecto natural” (Romanos 1: 31-32; 2 Timoteo 3: 3). Otras traducciones de la frase son “faltos de corazón”, “sin amor” e “insensibles”. W.E. Vine dice que esta incluye a aquellos que están sin “amor de parentesco”, especialmente de los padres hacia los hijos. “El deseo de una madre por su hijo vivo y no muerto es una naturaleza tan característica del amor de las madres que Salomón usa esto para determinar quien era la verdadera madre de un niño (1 Reyes 3: 26-27). No obstante, hay aquellos que están condenados delante de Dios a causa de que están “sin” este “afecto natural”. No hay una forma mejor para describir a aquellas que deliberadamente matan al ser humano inocente concebido dentro de ellas. Realmente, Jesús considera el trato que damos a las otras personas – especialmente a aquellas que están desamparadas, indefensas y necesitadas – como el mismo trato que personalmente le estamos dando a Él, y nuestro destino eterno depende de si tratamos a tales personas con amor y cuidado o no (Mateo 25: 34-46).
Por favor observe que claramente hemos establecido la naturaleza perversa del aborto sin aún (de esta manera) examinar algún pasaje tratando específicamente con la muerte, el asesinato, etc. En breve afirmaremos que el aborto se ajusta a la definición Bíblica de asesinato; pero aún si esto no se hizo, será pecaminoso por otras razones. Esto es incorrecto porque es poco amoroso, muestra falta de apreciación por las bendiciones de Dios, y se constituye en un vergonzoso desprecio y abuso de nuestra mayordomía para levantar (criar) a nuestros hijos como Dios lo enseña. Además, los medios que hemos usado proveen una solución al problema del aborto: si los padres aprendieran a amar, apreciar, y cumplieran sus responsabilidades hacia sus hijos, no querrían matarlos. Los grupos Pro-Aborto (como el Planned Parenthood Federation ) están absolutamente en lo correcto cuando afirman que todo niño tiene derecho a nacer, a ser amado y querido. Pero están equivocadamente muertos cuando dicen que la solución al problema es darle a la madre el derecho de matar al niño no deseado y no amado. Al contrario, la solución es enseñar a esa madre su responsabilidad de amar y apreciar al niño.
Respeto por la Vida – No Debemos Matar a un Niño Inocente
Pasajes generales. Hay muchos pasajes que enseñan el principio general de que no debemos matar deliberadamente a un ser humano inocente (esto es descrito a menudo como derramamiento de sangre – Compare Génesis 37: 21-22; Levítico 17: 11-12,14). Aquí están simplemente unos pocos de estos pasajes:
Éxodo 23: 7 – No matarás al inocente y justo.
Proverbios 6: 16-17 – Dios odia las manos derramadoras de sangre inocente.
Mateo 15: 19-20 – El homicidio es uno de los pecados que procede del corazón y contamina al hombre que lo comete.
Romanos 13: 8-10 – Si usted ama a su prójimo, obedecerá el mandamiento de “No matarás”. (Compare Éxodo 20: 13; Deuteronomio 5: 17; Santiago 1: 21).
Apocalipsis 21: 8; 22: 15 – Los homicidas estarán fuera de la santa ciudad en el lago de fuego.
(Véase también Génesis 4: 8-11; Jeremías 7: 5-7; 22: 3; Joel 3: 19; Oseas 4: 1-2; Levítico 24: 17,21; Éxodo 21: 12-15; 1 Juan 3: 15; 1 Pedro 4: 15).
En adición, hay un número de pasajes específicos que merecen nuestra atención.
Matar el cuerpo – Mateo 10: 28; Lucas 12: 4-5. Los pasajes que condenan el asesinato, se refieren al fin deliberado de la vida biológica de un “cuerpo” humano. Matar el cuerpo es hasta donde el hombre puede llegar porque no puede destruir el espíritu. En consecuencia, todo lo que necesitamos hacer para probar que el aborto es un asesinato, es probar que el bebé que aún no ha nacido tiene un cuerpo humano que está biológicamente vivo. Pero ya hemos probado esto. Por tanto, el aborto es un asesinato.
Derramando la sangre de un hombre hecho a la imagen de Dios – Génesis 9:2-6. Al hombre le es permitido matar las plantas y los animales. Pero no debe derramar la sangre del hombre porque el hombre es “a la imagen de Dios”. Pero hemos visto que el hombre se reproduce según su propio género de manera que los hijos y las hijas son también a la imagen de Dios desde el momento en que son engendrados (Génesis 5: 1-4). También hemos aprendido que el bebé que aún no ha nacido posee “vida” humana. Por tanto, matar un bebé que aún no ha nacido está prohibido porque se está tomando la vida de un humano que es a la imagen de Dios. (La palabra Hebrea para “vida” en Génesis 9:5 es NEPHESH, la misma palabra usada para la “vida” del bebé que aún no ha nacido en Éxodo 21: 22-25).
Derramando la sangre de los hijos y las hijas – Salmo 106: 37-38; Jeremías 7: 31. La tierra fue contaminada con sangre a causa de que la gente estaba derramando sangre inocente, aún la sangre de sus “hijos y de sus hijas”. Pero hemos aprendido que los bebés aún no nacidos son “hijos e hijas”. ¿Cuál es entonces la condición de nuestra tierra cuando diez millones de “hijos e hijas” han sido asesinados legalmente? (“Hijos e hijas” en el Salmo 106: 37-38 vienen de las palabras Hebreas BEN y BATH, la misma palabra usada para los bebés desde la concepción, aún antes de nacer, en Génesis 5: 3-4; 25: 21-22, etc. La referencia en el Salmo 106 es al matar en conexión con la adoración idolátrica, pero ¿debería ser aceptable el mismo asesinato si es hecho por otras razones?).
“No pequéis contra el joven … No lo matemos” – Génesis 42: 22; 37: 20-22. Cuando los hermanos de José decidieron matarlo, Rubén dijo, “No lo matemos”, y “No pequéis contra el joven”. En consecuencia, matar a un joven es pecar contra este, pero ya sabemos que un bebé aún no nacido es un “joven”. (La palabra Hebrea para “joven” en Génesis 42: 22 es YELED, la misma palabra usada en Éxodo 21: 22-25, para un bebé que aún no ha nacido).
Matando todos los niños - Mateo 2: 16. Herodes es considerado un hombre malvado porque mandó matar en Belén a todos los niños varones menores de dos años. Lucas 2: 12,16 muestra que los niños que él mató eran “niños”. Pero Lucas 1: 41,44 muestra que un niño aún no nacido es también una “criatura”, por tanto, ¿cómo puede ser que se acepte el que se les mate? (La palabra Griega para “criatura” es BREPHOS tanto en Lucas 2: 12,16 y en Lucas 1: 41,44. Mateo 2: 16 tiene una palabra Griega diferente).
Exponiendo a la muerte a sus niños, para que no se propagasen – Hechos 7: 19; Éxodo 1: 16-18. Faraón mandó a los Israelitas que mataran a todos sus hijos o niños varones tan pronto como hubieran nacido. La narración en Éxodo dice que a ellas se les ordenó matar a los “hijos” o “niños”. Pero todos estos términos son usados para los bebés aún no nacidos – ellos también eran “criaturas”, “hijos”, “niños”. ¿Hubiera sido algo menos malvado para Faraón el haber llevado a cabo abortos para matar a los bebés antes de que nacieran? ¿Es esto algo menos malvado si la gente hoy día lo hace así? (La palabra Griega para “niños” en Hechos 7: 19 es BREPHOS, usada para el bebé que aún no ha nacido en Lucas 1: 41,44. Las palabras Hebreas para “hijos” y “niños” en Éxodo 1: 16-18 son BEN y YELED, usadas para los bebés aún no nacidos en Génesis 25: 21-22 y Éxodo 21: 22-25).
Matando una persona inocente - Deuteronomio 27: 25. La Versión Dios Habla Hoy dice: “… matar a una PERSONA inocente”. La palabra traducida aquí “persona” es NEPHESH, y es traducida “vida” en la Reina-Valera, como también en Éxodo 21: 22-25 en donde la referencia es al bebé que aún no ha nacido (véase las notas en el párrafo siguiente). Este pasaje dice en la Versión Dios Habla Hoy, “Maldito sea el que reciba dinero por matar a una persona inocente”. ¿Qué descripción más clara podría ser dada para las personas que operan abortos clínicos?
“Y ésta abortare” – Éxodo 21: 22-25. Este es el pasaje que encontramos en la Biblia que trata específicamente con el asunto del perjuicio hecho a un niño que aún no ha nacido. Hemos mostrado al principio que “fruto” significa hijo o niño – un humano no desarrollado. “Abortar” (Hebreo YATSA) es una palabra general significando salir o ser sacado a la luz. En el contexto se refiere al apartarse del vientre de la madre, esto significa que ha nacido (compárese Génesis 25: 25-26; Job 1: 21; Jeremías 1: 5). La palabra definitivamente NI necesaria o inherentemente se refiere a un aborto o parto prematuro (el bebé nace muerto) en algo más que nuestra palabra “nacer”. En consecuencia, “abortare su fruto” simplemente significa “su niño se saliera” o “su bebé es nacido”. La Biblia Reina Valera y la Nueva Versión Internacional traduce: “Ella da a luz prematuramente”. Nótese que esta expresión de si misma no dice nada acerca de la condición del bebé al nacer, ya sea que esté muerto, vivo pero herido, o vivo y sano. (Algunas personas suponen que la expresión significa un parto prematuro o aborto – véase la traducción de la NASB – pero este no el significado literal, como la nota al pie de la NASB lo muestra).
De manera que el bebé nace. ¿Entonces qué? Depende si el daño ha sido hecho o no. ¿Daño a quién? Lea el pasaje de la Biblia Hebreo-Inglés Interlineal. “Y cuando los hombres pelearen, y ellos hirieren a una mujer embarazada, y su hijo se saliere, y no hubiere perjuicio; ciertamente él estará bien … Pero si el perjuicio ocurriere, ustedes darán vida por vida …” Claramente, lo que importa es si ha habido daño al niño que nació o no, no exactamente a la madre de ese niño. (Cuando la gente asume que “si ella abortare su fruto o ésta abortare” significa que el niño nace muerto, concluyen después que la única pregunta es si la madre fue perjudicada o no. Cuando comprendemos que el versículo simplemente significa que el niño nació, entonces entendemos que la condición del niño es al menos tanto parte de lo que tiene que ver con esa de la madre). No obstante, si el bebé nace prematuramente, y no hay perjuicio (ya sea al niño o a la madre), entonces el hombre es multado por el problema que causó (v. 22). Si hay perjuicio al niño o a la madre, entonces el hombre debe recibir el mismo perjuicio que causó, incluyendo “vida por vida” (v. 23-25). En consecuencia, el bebé que aún no ha nacido tiene “vida” exactamente lo mismo como el hombre la tiene, y cualquiera que matare al bebé será castigado lo mismo como si ellos hubieran matado a cualquier otro humano (Compare Éxodo 21:1 2-15; Romanos 1: 29,32; Apocalipsis 21: 8).
Algunas personas dicen que las conclusiones anteriores no pueden ser correctas porque sería demasiado riguroso matar a un hombre por matar a un bebé que aún no ha nacido, especialmente cuando él no tuvo la intención. Pero todos concuerdan en que el hombre debería ser muerto, si la madre moría exactamente bajo las mismas circunstancias, así que ¿por qué es demasiado rígido si el bebé es asesinado? Cuando un hombre está intentando hacer violencia a alguien y resulta muerto, fue castigado vida por vida acorde a la ley del Antiguo Testamento. ¿Es esto algo más rígido que la muerte por haberse robado una persona (v. 16) o por maldecir a los padres de uno (v. 17)?
A más de esto, la interpretación vaga que este pasaje posiblemente pudiera tener es que, si un hombre hace que una mujer tenga un aborto (parto prematuro o mal parto) pero ella no es perjudicada, entonces el hombre será multado. Esto no probaría que el hombre era inocente del asesinato de un ser humano, pero no todos los asesinatos de humanos eran castigados con la muerte (véase. v. 20-21). Pero no obstante, si el pasaje prueba que el asesinato de un niño aún no nacido no es pecado de muerte, esto prueba aún que el acto es un pecado de alguna clase, de otro modo ¿por qué el hombre debería ser castigado por medio de pagar una multa? De manera que aún el posible punto de vista vago de este pasaje prueba que el aborto es pecaminoso y que por tanto debería ser evitado. El correcto significado que hemos visto, no obstante, es que hacer que el bebé que aún no ha nacido nazca muerto era quitar una vida y era castigado como tal.
Autoridad para matar. La Biblia claramente distingue entre varias clases de muerte, y muestra que uno debe tener autoridad, permiso o confirmación de Dios para tomar alguna forma de vida. Podemos matar las plantas y los animales porque Dios expresamente nos ha dado este derecho (Génesis 1: 29; 9: 2-3; Hechos 10: 9-16; Marcos 7: 19; etc.). Al hombre no le es permitido matar humanos inocentes (aunque el hombre no sea considerado culpable si la muerte fue accidental y no intencional – Números 35: 9-31; Deuteronomio 19: 1-13; etc.).
Creemos que hemos mostrado concluyentemente que un bebé que no ha nacido aún es un humano y no debe ser muerto en algo más que cualquier otro ser humano. Pero si alguien no está convencido o no está seguro acerca de esta conclusión, no debe concluir que esto le da todos los derechos para matar a un bebé que aún no ha nacido. Primero debe mostrar evidencias decisivas de que matar a un bebé que aún no ha nacido es aceptado por Dios. Si no puede, entonces justificar o participar en la práctica sería actuar con incertidumbre y sin la autoridad Divina, y esto también es pecaminoso (Romanos 14:23; Col. 3:17; 2 Juan 9-11; etc.).
La relación del aborto hacia la incredulidad humanista – Romanos 1: 29-32. Aquellos que cometen asesinatos (o que consienten con las otras personas que los cometen) son dignos de muerte. El pecado está aquí nombrado como uno de los pecados cometidos por las personas que rehúsan conocer a Dios (v. 28). Rechazan la fe en Dios a pesar del hecho de que no hay explicación sensible para la existencia del universo sin Dios (v. 20-21). Exaltan su propia sabiduría, pero son realmente extremadamente necios (v. 22). Llegaron a enredarse en toda clase de perversiones religiosas y sexuales incluyendo la homosexualidad (v. 23-27), y en toda clase de inmoralidad (v. 28-32). Esto indica las razones reales por las que las personas de hoy día practican el aborto, la homosexualidad, y otras inmoralidades mencionadas. Por medio de aceptar tales doctrinas falsas como la evolución del hombre de los animales, no continúan teniendo una convicción real acerca de Dios, por consiguiente, explican la ausencia de las leyes morales de Dios y no tienen ningún interés del todo por el hecho de que el hombre fue hecho a la imagen de Dios.
Es interesante notar que los mismos grupos que defienden la evolución y cuestionan la existencia de Dios, son los mismos grupos que defienden muchas formas de inmoralidad incluyendo el aborto. El Manifiesto Humanista, por ejemplo, defiende plenamente el ateísmo y el agnosticismo, y también defiende la evolución y el derecho al aborto, la homosexualidad, el suicidio, etc. Muchos otros grupos que buscan debilitar las restricciones contra el aborto, y que también manifiestan mucha simpatía por la evolución, la homosexualidad, etc., son la American Humanist Association, la American Civil Liberties Union, la National Education Association, la National Council of Churches, la National Organization of Women, la Planned Parenthood Federation of America, etc.
Recuerde el lector, no obstante, que la determinación de lo que es correcto e incorrecto está arriba, en Dios, y no en los hombres. Y cada uno de nosotros dará cuenta de nuestras vidas ante Dios (2 Corintios 5: 10; Mateo 25: 31-46).
Conclusión
La Biblia enseña que la vida que ha sido concebida y vive en el vientre de la madre es un ser humano vivo, una persona aparte y diferente de sus padres. Por tanto, exactamente tiene tanto derecho a vivir como cualquier otro ser humano, y es tan incorrecto el matarlo deliberadamente como lo sería matar a cualquier otro ser humano inocente. El aborto es básicamente malo, por esta razón, a causa de que es una falta de amor, aprecio y cuidado por un bebé humano. Y es también incorrecto a causa de que constituye el asesinato deliberado de un ser humano inocente. Si hay una excepción para esto, debería ser únicamente el caso en donde un aborto realmente resultaría en más vidas siendo salvas como si no hubiera habido ningún aborto – y nos falta ver en la práctica, cuantos de tales casos podrían ocurrir.
Pero la Biblia también provee los pasos necesarios para resolver el “dilema” del aborto para aquellos que están deseando respetar sus enseñanzas:
(1) Huir de la fornicación.
(2) Aprender a amar, apreciar, y cuidar su bebé.
(3) Aprender a confiar en Dios para que le fortalezca en lo que usted y su hijo necesitan para enfrentar cualquier dificultad que la vida traiga. Estudie Su palabra, ore y busque la ayuda de otros Cristianos.
(4) Ayude a otros que tienen problemas o necesidades causadas por el nacimiento de un bebé (pobreza, deformidad, necesidad de simpatía, etc.).
(5) Hable claro en defensa de la vida y contra el asesinato deliberado de humanos inocentes. Debemos tratar de librar a aquellos que van a ser muertos (Proverbios 24: 11-12). Debemos reprender el pecado, no comprometernos con él (Efesios 5: 11; 2 Timoteo 4: 2-4; Proverbios 28: 4; Gálatas 6: 1; etc.).
¿Qué debería hacer una mujer si ha abortado un bebé y ahora comprende que lo que hizo fue incorrecto? No necesita gastar el resto de su vida con la carga de una culpa no perdonada. La Biblia nos dice que el aborto es incorrecto, pero también da algo más que las creencias humanistas no pueden dar – un origen de verdadero perdón para la culpa. Dios es un Dios misericordioso que perdonará si venimos a Él acorde a Sus condiciones. Lea y obedezca estos pasajes: Romanos 1: 16; 6: 3-4; 10: 9-10; Marcos 16: 15-16; Hechos 17: 30; 2: 38; 22: 16).
Si desea leer todo el artículo escrito por David Pratte, le recomiendo que abra la página de The Gospel Way
Por Moralidad bíblica
Cuando Dios prohíbe el asesinato, Él está ordenándonos lo opuesto: amar. El no participar en el aborto es solamente la mitad de la ecuación. El amor demanda más. ¿Qué estás haciendo para amar a la mujer que está pensando en un aborto y para amar a los niños cuyas vidas están siendo amenazadas por el aborto?
Todos los mandamientos están resumidos en dos frases simples. Ama a Dios con todo lo que tienes y ama a las personas tanto como te amas a ti mismo (Mateo 22: 37-40) La persona que hace esto cumple perfectamente la ley. Cualquier otra cosa, todo lo que ordena y prohíbe la Biblia cae bajo esta gran sombrilla.
La ética Cristiana, la moralidad Bíblica, es todo acerca de amor… amor verdadero, no del tipo de amor que se busca a sí mismo a expensas de otros. Es todo acerca de amabilidad, compasión y misericordia. Es amando a otros lo suficiente para humildemente decirles la verdad aún si te van a odiar por ello. Entonces, aquí tenemos la pregunta, ¿Es el aborto un acto de compasión y amor o es una acto de cruel egoísmo? ¿Está la madre amando a su hijo tanto como a ella misma cuando decide abortar a ese bebé? Si los papeles se cambiarían, y la madre sería una “inconveniencia” para otra persona o entraría en una vida de muchas dificultades, ¿sería mejor asesinarla o dejarla vivir? Esta pregunta y las otras necesitan respuestas honestas.
La Biblia nos ordena que ofrezcamos protección para los débiles y más vulnerables miembros de la humanidad. El Salmo 82:4 nos dice, “Ayuden a los pobres e indefensos, protéjanlos de la gente perversa”. Proverbios 31: 9 dice, “Alza la voz y hazles justicia; defiende los derechos de los pobres y los necesitados”. Pregúntese a usted mismo, ¿Defiende y protege el aborto a los miembros más vulnerables de la comunidad humana o los destruye?
Proverbios 6: 17 proclama que Dios odia, “los ojos orgullosos, la lengua mentirosa, las manos que matan gente inocente”. El Salmo 106: 37, 38 habla del desprecio de Dios por los sacrificios de bebés diciendo, “pues resultaron ofreciendo a sus propios hijos e hijas como sacrificio a esos demonios. Derramaron sangre inocente, la de sus hijos e hijas, al sacrificarlos a los ídolos de Canaán. La tierra se contaminó con su sangre”. Vea las fotos de abortos y pregúntese honestamente, ¿derrama el aborto sangre inocente?
1 de Juan 1: 7 nos dice que caminemos en la luz, Juan 3: 20 dice que todo el que odia la luz no se acerca a ella porque la luz muestra todo lo malo que hizo. Ellos odian ser expuestos. Pregúntese otra vez, ¿desea la industria del aborto que la luz brille sobre su actividad? ¿Están contentos porque el mundo sabe lo que hacen o prefieren estar escondidos en la oscuridad, fuera de la vista del público?
Finalmente considere Juan 8: 44. Satanás es un asesino desde el inicio. Pregúntese, ¿El aborto, es más consistente con los deseos de Satanás o con los deseos de Dios? ¿Es el aborto amor y misericordia o es asesinato?
La moralidad Bíblica requiere tanto el rechazo de lo malo como el abrazo de lo bueno. Cuando una acción es prohibida, la acción opuesta es implícitamente ordenada. Tomás Watson explica esto en su libro Los Diez Mandamientos.
La ley de Dios prohíbe no solamente el acto de pecar, pero su deseo e inclinación; no solamente prohíbe el adulterio, sino también la lujuria (Mateo 5: 28); no solamente el robo, pero también la codicia (Romanos 7: 7) Lex humana ligat manam, lex divina comprimit animam ‘La ley del hombre ata sólo las manos, la ley de Dios ata al corazón’. En los Mandamientos existe una anécdota, la intención es más de lo que está escrito. Cuando se prohíbe cualquier pecado, la obligación contraria es ordenada. Cuando se nos prohíbe tomar el nombre de Dios en vano, la obligación contraria, que reverenciemos Su nombre, es ordenado. Cuando se nos prohíbe hacer el mal a nuestro prójimo, la obligación contraria, incluye que debemos hacer todo el bien que podamos, reivindicando su nombre y proveyéndole lo que desea.
La moralidad Bíblica no es simplemente “No matar”. Es “No matar, pero en su lugar amar” Ama a aquellos que son asesinados. Ama a aquellos que son abortados, y ama a aquellos que están haciendo los abortos.
Humanamente, este tipo de amor es imposible… pero no lo es por la gracia de Dios.
¿Cuán seguro es el aborto?
Dra. Beverly McMillan
La Dra. Beverly McMillan es una ginecóloga/obstetra. En 1975 fue la primera mujer en abrir una clínica de abortos en Mississippi. Dejó de hacer aborto en 1978 cuando se convenció que los abortos que ella realizaba estaban causando a las personas involucradas más daño que beneficios.
¿Cuáles son las complicaciones físicas del aborto?
La complicación más común, inmediata, y a corto plazo incluye excesivo sangrado, infecciones agudas y crónicas, dolor intenso, fiebres altas, convulsiones, shock, coma, remoción incompleta del bebé o de la placenta (que pueden causar infecciones que ponen en peligro la vida y esterilidad), enfermedad inflamatoria pélvica, perforación o torsión del útero, e inclusive la muerte.
El aborto puede también producir cicatrices en el útero, debilidad del cuello uterino, bloqueo de las trompas de Falopio, y otros daños de los órganos reproductores que pueden llevar a la dificultad de concebir o mantener a un bebé hasta el final del embarazo. Esta morbodidad latente del aborto resulta en daños a largo plazo o permanentes.
Mujeres que han tenido abortos también experimentan más embarazos tubáricos (ectópicos), infertilidad, histerectomías, bebés nacidos muertos, mal-partos y nacimientos prematuros (la causa más importante de defectos de nacimiento) que las mujeres que no han tenido abortos. El aborto también está relacionado con el riesgo mayor de desarrollar cáncer de seno, cáncer uterino o cáncer cervical. (1)
Admitiré que el aborto no es una buena cosa. Y que puede tener riesgos físicos y psicológicos, pero ¿no debería admitir que los abortos legales son más seguros que los ilegales?
No. Más del 90% de los abortos ilegales han sido realizados por los médicos.
Cuando el aborto era ilegal, los abortistas tenían que ser más cuidadosos para evitar infecciones, laceraciones, y perforaciones del útero, debido a que la visita a una sala de emergencia era una invitación para una investigación policial. Ahora ya no.
Hoy, los abortistas tienen la libertad de operar como en una fábrica ensambladora. Mientras más rápido “trabajan”, se ganan más dinero. Las mujeres resultan lastimadas… bien, ese es solo el riesgo que se acompaña a cualquier cirugía.
Todavía creo que los abortos legales serán al menos más seguros que los abortos ilegales. De cierto las mujeres que sufren de una complicación física pueden recibir el tratamiento médico de emergencia más rápido sin que tengan el temor de estar involucradas en una investigación criminal.
Eso es cierto, pero ese es el único beneficio de salud del aborto legal.
El impacto global es todavía negativo debido a que se ha incrementado el número de mujeres teniendo abortos.
¿Por qué? Porque la legalización del aborto ha hecho que se haga más fácil presionar a mujeres reacias a tener abortos. Antes de 1973, las mujeres podían resistir a un aborto no deseado argumentando que es ilegal e inseguro.
Pero ahora la gente asume que debido a que el aborto es legal, este debe ser seguro. Eso hace más difícil a las mujeres resistir abortos no deseados por razones de salud o seguridad.
Como resultado, el número de abortos se ha incrementado de diez a quince veces con sólo una mínima mejoría, si alguna, en la seguridad.
Asi, mientras el porcentaje de muertes por hemorragia e infecciones podría haber disminuido, el número real de mujeres que sufren de estas complicaciones se ha incrementado mucho más.
Además, considerando que las complicaciones psicológicas son aún más comunes que las complicaciones físicas, el número de mujeres esperando complicaciones de uno u otro tipo se ha incrementado drásticamente.